En esta ocasión
pretendemos hacer pensar sobre un aspecto concreto: la formación de vuestros
hijos. Durante el curso, vuestros hijos han ido avanzando en formación humana y cristiana a través de los diferentes
medios de formación que les hemos ido dando desde el club. En verano, la
formación no para. Para los cristianos, los medios de formación es como el
comer: en el momento en que se nos priva de ello, primero nos debilitamos y,
al final, morimos. Por eso, durante los periodos vacacionales seguimos dando
formación en el club. Pero como siempre, para ello es imprescindible vuestra
ayuda para recordar a vuestros hijos que es bueno que sigan asistiendo a las
meditaciones, pláticas, charlas, catequesis, hablar con el preceptor,
confesarse, etc. En una palabra, que el ritmo no pare.