Llegamos a Piñel a la hora de comer.
Los de la Fuente nos estaban esperando
con una estupenda barbacoa. Todavía
dio tiempo de jugar un partidillo de fútbol
en el frontón del pueblo antes de comer.
Luego jugamos un polis y cacos por las
tranquilas calles. Estas fueron algunas de
las frases de la jornada (quitando las de
Carlos Jolín, que necesitarían un artículo
aparte):
Samuel: ¡Beeee-beee-beee!
Vecinos de Piñel: ¿Quiénes son? ¿De
dónde han salido? ¿Sois de por aquí?
Nico J.: ¿Alguna vez habías probado la
hamburguesa al vino tinto?
Frodo: ¡Devolvedme mi correa o muerdo
a Alonso!
Pedro: ¡Jaime, deja ya de chillar hombreeee!
Hugo: ¡No, no me he salido de los límites!
Es que me escondo muy bien…