domingo, 15 de enero de 2012

MATAR A LA CIGÜEÑA.

Educar a los hijos en el plano afectivo es una de las tareas más importantes de los padres. En torno a los 10 años -cuando todavía no se ha producido la explosión de la adolescencia- es el momento adecuado para que papá, con los hijos, y mamá, con las hijas, tenga una conversación en la que se expliquen con claridad y sencillez el misterio de la vida, el sentido del amor humano y cualquier duda que pueda surgir al respecto. Es muy importante que sea así porque, si no, esa información la van a obtener de otras personas: compañeros de clase, amigos más mayores, internet… y lo más seguro es que les llegue una visión deformada. Normalmente, esa conversación dará algo de miedo y surgirán excusas para no tenerla, pero no hay que delegar. Hay mucho en juego y nadie lo hará mejor que los padres. Hay que matar a la cigüeña.

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