Nada
mejor para cerrar el curso que una gran jornada familiar. En esta ocasión, en
el Rincón, Tordesillas. Las expectativas eran altas, pero la respuesta de las
familias de Tempero fue aún mejor. Las nubes matutinas no consiguieron frenarnos
y al final nos reunimos allí cerca de 200 personas. Comenzamos con la Santa Misa. Después, la Junta Directiva
(desde estas líneas vaya para ellos el agradecimiento de todos por su excelente
labor) nos obsequió con una estupenda comida: paella gigante y barbacoa
(felicidades a Javier, el cocinero). La sobremesa transcurrió plácidamente
entre juegos y risas, a la espera de la gran cita de la jornada: el partido
España-Italia. Delante del televisor disfrutamos (casi todos) de la victoria de
la roja. Un día completo. Entre todos hemos hecho Tempero un poquito más
grande.