martes, 4 de marzo de 2014

Confianza que hace madurar


Vivimos en una sociedad hiperprotectora en la que se evita cualquier dificultad a los niños y se les facilita obtener todo lo que desean. A largo plazo esto genera jóvenes inmaduros, incapaces de tomar decisiones y de enfrentarse a situaciones difíciles. Hoy es más necesario que nunca que los padres confíen encargos a los hijos: responsabilizarles de alguna tarea material en casa, que ayuden con los hermanos más pequeños, que se hagan la cama, que se hagan y cumplan un horario… Sólo así serán capaces de captar el valor del esfuerzo o la importancia de retrasar una satisfacción para obtener un bien mayor. Quien se acostumbra desde pequeño a pensar que todo se resuelve solo sin esfuerzo -porque sus padres le resuelven todo-, no será capaz de afrontar las dificultades que la vida presenta y sufrirá sobremanera.