La merienda habitual tuvo lugar el viernes en la sala del nivel 4. Luego meditación y torneo extrem, que como cada viernes volvió a tener récord de participación. Manu a los mandos del ping-pong, Joaquín moviendo los hilos y Gabriel a las órdenes de su tocayo en el cranium. El sábado IKEA nos estaba esperando, y para allá que fuimos. Tras conseguir Álvaro y David algo de material de calidad en el Burguer, César nos guió hacia el auténtico panteón de los perritos calientes con infinidad de bebida “gra-tis”. Sergio, que fue el único en conseguir una buena banqueta, observaba desde su posición privilegiada. El gran momento de la tarde fue cuando David y Sergio intenta-ron sacar a escondidas dos vasos de plástico, pensando que les podían decir algo. El próximo plan, técnicas de estudio.
