“A raíz de los trágicos acontecimientos del Madrid Arena he escuchado varias opiniones sobre las diversiones de los jóvenes. Una amiga, cuya hija fua a la macrofiesta, me comentaba que no le parecía mal que su hija continuara asisitiendo a ese tipo de fiestas, ya que “tiene que divertirse”. Pienso que, evidentemente, es bueno divertirse (…) De hecho, eso es tan católico que hasta hay un mandamiento que lo obliga. Otra cosa es si esa fiesta concreta tenía nivel.
(…) Tenemos un grave problema educativo, y me parece que no es problema de los jóvenes ni de los profesores ni de los ministros, sino en primer lugar, de los padres. Nos han asustado con el fantasma del autoritarismo y nos han engañado con el fantasma del bienestar gratuito, y hemos acabado siendo nosotros quienes hemos hecho realmente el fantasma.”
Extracto de un artículo en la revista Mundo Cristiano, enero 2013 de Felisa Lozano (madre del club)
